Los AirPods no pesan nada y ofrecen un ajuste anatómico. Se colocan en el ángulo perfecto para darte un mayor confort y llevar el sonido directamente a tus oídos. Además, son un 33 % más cortos que los AirPods (2.ª generación) e incluyen un sensor de presión que te permite controlar la música y las llamadas fácilmente.